En los últimos años, Colombia ha experimentado fluctuaciones significativas en su tasa de inflación, un fenómeno que ha impactado de manera crucial tanto la economía nacional como el bienestar de sus ciudadanos.
Las últimas cifras emitidas por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) revelan que la inflación en Colombia correspondiente a abril fue de 7,16 %, completando 13 meses en descenso.
Esto muestra una disminución de 0,20 puntos porcentuales con respecto a la inflación de marzo y 5,7 puntos con respecto a la variación anual.
Inflación en abril de 2024
Fuente: DANE
Las divisiones en las que hubo mayor variación de precios fueron: alimentos y bebidas (1,16 %) y alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (0,93 %).
Aquellas que tuvieron menor variación fueron: recreación y cultura (-0,28 %) e información y comunicación (-0,10 %).
Variación mensual del IPC por divisiones 2024
Fuente: DANE
Panorama general en otros países
Si bien, el IPC en Colombia ha disminuido, sigue siendo alto. Por ejemplo, en Brasil y Chile es del 4 %, Perú alcanzó el 2,42 %, la tasa más baja en tres años y México, el 4,42 %.
El Banco de la República de Colombia, plantea poder llegar en 2025 al 4 %. Esto coincide con las estimaciones que hizo la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que planteó en un informe que el crecimiento económico de Colombia sería moderado en este 2024 y tendría un impulso para 2025, además de poder llegar a una inflación que converge entre el 2 % y el 4 % en la segunda mitad del 2025.
En conclusión, el panorama de la inflación en Colombia presenta tanto desafíos como oportunidades para la economía del país. A pesar de las dificultades actuales, que incluyen el aumento de los costos de los bienes y servicios esenciales, existen estrategias y políticas que pueden mitigar sus efectos negativos y fomentar la estabilidad económica a largo plazo. La colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil será crucial para implementar soluciones efectivas que protejan el poder adquisitivo de los colombianos y promuevan un crecimiento inclusivo y sostenible. Al seguir monitoreando de cerca las tendencias inflacionarias y adaptando las políticas según sea necesario, Colombia puede aspirar a un futuro económico más próspero y equilibrado.
Fuentes: